RELATOS PREMIADOS EN LOS CONCURSOS DE NARRATIVA JUVENIL VALLDIGNA

CURSO 2011-2012


BACHILLERATO


MARÍA CALVO ASENSIO.1º PREMIO




JULIA HUERTAS LLEDÓ .2º PREMIO




CURSO 2010-2011


 LAIA SIFRES FONS.3º PREMIO


HUMANIDAD PSIQUIS

-       Violeta, ¿Cómo  puedes decir que mi prueba no ha sido alucinante?
-       ¿Alucinante? ¡Lupo, tú sÍ que alucinas! Has desafinado en casi todas las notas.
-       Como siempre,  ya me estás estresando. Mira mis manchas verdes,  se están volviendo rojas, y por tu culpa no podré estar bien para la sesión de fotos.

Como en tantas ocasiones, se podía contemplar este cuadro: Violeta tapándose las orejas dando la espalda a Lupo y éste dando saltos con los brazos en alto para poder llegar a su altura.  Esta estampa tan típica en medio de la pradera Peñalba se interrumpe en el momento en que Violeta se queda paralizada, se echa las manos a la cara frotándose los ojos.

-       ¡OH, no! Me acabas de provocar una migraña, tengo la visión distorsionada. Necesito ir a casa de inmediato. – Dijo Violeta exaltada.
-       ¡Me has contagiado, me has contagiado! ¿Cómo has podido? Me iré contigo a casa y así podré tomar tu medicación.
-       Pero, ¿qué dices?, la migraña no se puede contagiar, te estás volviendo hipocondríaco.
-       Si claro, lo que quieres es quitarte la culpabilidad de encima.

Efectivamente, los dos tenían la misma visión distorsionada, era como si vieran el paisaje a través del agua. Ambos quedaron petrificados al ver que algo salía disparado de la nada aterrizando ante sus pies. En medio de la gran humareda que se produjo, pudieron apreciar un bulto.

-       ¿Qué es eso?, ¿Qué es eso?- preguntó Lupo que de un salto había llegado a los brazos de Violeta.

Violeta quiso apartarse de toda esa humareda pero sus piernas no le respondían. Ahora tenía claro que no se trataba de ninguna migraña, aunque lo hubiese preferido, pues ese extraño bulto le resultaba aterrador. De repente un sonido desgarrador la paralizó aun más. Un sonido que retumbaba en su cabeza tanto como los alaridos de Lupo. Ya no había marcha atrás ni forma de huir de eso. Pero, ¿Qué estaba oyendo?, era algo parecido a… ¿tos?
El bulto… ¡está tosiendo! Y ahora… ¿se está quejando?, Puede ser que esté… ¿SOLLOZANDO?
            Por fin Lupo, se atrevió a girar su cabecita hacia el bulto que va tomando forma humana. Una forma humana que se acurruca aun más al grito de: 
            -¿Es un chico?
            -Eso parece, pero ¿Cómo ha llegado aquí?
            -Aaah, ¡Qué golpe!, ¿Cómo he llegado aquí?
            -¿Cómo? ¿Tú tampoco lo sabes?
            -¿el qué no sé?, ¿dónde estoy? ,  ¿Y tú quién eres?
            -no, ¿Quién eres tú?
Lupo se acercó al oído de Violeta susurrando - ¿a ti te parece un Humano Base?, parece tan rudo y primitivo. - Violeta ya estaba apreciando esta observación cuando de repente el humano gritó con mucho espanto  
            -¡OH Dios mío! El golpe ha debido ser muy fuerte. Estoy viendo alucinaciones. Un peluche rosa con manchas está hablando
            -Oye perdona, de alucinación, nada. ¿Y a quien llamas tú peluche?, me llamo  Lupo y soy un Ursus Sumus.  Por cierto, ésta de aquí que me sostiene con la boca abierta es Violeta. Y tú ¿Quién eres?
            -Soy Hugo, no entiendo que me ha pasado ni como he llegado hasta aquí. Lo último que recuerdo es estar durmiendo en mi habitación, noté unos temblores que al principio creí que eran producidos por mi imaginación y al abrir los ojos  tuve la sensación de atravesar un ambiente con una textura parecida al agua, pero sin humedad. No puedo creer lo que estoy diciendo.
            Hugo creyó estar volviéndose loco, hasta que Violeta le explicó que lo que había ocurrido era que acababa de cruzar un portal a otra dimensión. Para lo que no tenía explicación Violeta era de cómo había quedado un portal abierto ya que el control de éstos era extremo.
            Le resultó un poco complicado explicarle que pertenecían a la misma especie pero con algunas diferencias. Violeta se había acercado muy sutilmente acaparando toda su atención, le miraba fijamente a los ojos –muy verdes, por cierto-. Es en ese momento Hugo fue consciente de que le estaba hablando a través de su mente. Parecía muy fácil entenderlo todo. Violeta era como él, pero está claro que con habilidades alucinantes. Era curioso pero estaba entendiendo todo lo que Violeta le transmitía mentalmente.
Sintió tristeza al comprender que la raza humana (Humanos Base, más concretamente) había sido capaz de provocar tanta violencia, guerras, pobreza, infelicidad… por no desarrollar y fomentar las  cualidades de la psique (alma humana) que había resultado tan importante para la evolución de los Humanos Psiquis.

-       Hugo, no disponemos de mucho tiempo, tienes que volver a tu Humanidad lo antes posible. Lo mejor será ir a mi casa.
-       Y si tenemos prisa, ¿Por qué estamos corriendo? –dice refunfuñando Lupo.
-       ¡Lupo! ¿No te das cuenta?, Hugo no puede tele transportarse.-Le reprende Violeta.
-       Ah si había olvidado que el que me ha llamado peluche es un troglodita.-Dijo Lupo con un gesto de mofa hacia Hugo.

Cuando llegaron a casa de Violeta (por decirlo de alguna forma porque
Hugo nunca hubiese imaginado que eso era una casa) fueron directos a los cascos de audiovisuales. Violeta dudó por un momento pero al final le dio uno a Hugo. Al estar los tres conectados funcionaban a las órdenes de Violeta que buscó toda la información sobre portales astrales. En efecto, lo  que ella suponía, cuando aparecía una puerta, en breve volvería a abrirse, así que hicieron los cálculos y en tres horas y cuarenta y tres minutos el portal volvería a aparecer en el mismo lugar. Todo parecía indicar que la apertura de la puerta no había sido detectada por la Seguridad, de ser así buscarían a Hugo e impedirían su regreso a casa para proteger la Humanidad Psiquis. Violeta tenía que actuar rápido para ayudarle a salir de allí porque empezaba a imaginarse a ella misma ayudando a Hugo a adaptarse, lo cual la reconfortaba. Lupo advirtió este sentimiento en Violeta.

-¡Ni hablar!, olvida lo que estás pensando. No quiero aguantar un Base ñoño, añorando a su familia, amigos y puede que a su novia.
- A ver, dos cosas. La primera, no soy ningún ñoño y la segunda, no tengo novia, de momento – esto lo dijo buscando en Violeta una mirada de complicidad - No quiero quedarme aquí tan solo tres horas. Esto es increíble i me gustaría poder conocer todo este mundo.
- Este mundo es muy simple – dijo Violeta – tan solo hemos desarrollado unas capacidades innatas que vuestra cultura religiosa (me refiero a la parte humana de la religión), política y sociedad con intereses muy particulares os las han dejado atrofiadas.  Esto lo podéis cambiar, medio mundo vuestro es rico y tiene comodidades porque la otra mitad está sufriendo hambre y otras desgracias como enfermedades o guerras absurdas. ¿Nunca te lo has planteado?
- Por eso mismo que lo estoy viendo ahora, desearía tener la oportunidad de quedarme aquí un tiempo.
- A ver Hugo te lo repito despacito para que lo entiendas – Lupo empezaba a perder la paciencia – no te puedes quedar. Si desperdicias la oportunidad de irte ahora te tendrás que quedar aquí para siempre.
- Vale, ya he dicho que no importa, es más, me gusta más esta dimensión que la mía. – Mira a Violeta mientras continua diciendo – Además no puedo irme sin la garantía de poder…
- Lo discutimos por el camino – le interrumpió Lupo ya nervioso.

            Al salir de casa detectaron mucho movimiento en las patrullas espaciales y se dieron cuenta de que estaban buscando a Hugo, así que Violeta le dio un empujón para que entrara dentro de su coche. En ese momento los de las patrullas detectaron un movimiento extraño por lo que descendieron para ver que estaba ocurriendo. Lupo se percató de ello rápidamente y sin que a Violeta le diera tiempo de reaccionar tiró de la palanca del acelerador del coche espacial, empezando así una persecución aérea.  Las patrullas les dispararon una especie de rayos que dejaban a Hugo atónito porqué eso era como estar dentro de una película de ciencia ficción. Violeta seguía sin poder reaccionar así que Lupo no tuvo más remedio que darle un bofetón. Por fin cuando se dio cuenta de la gravedad de la situación manejó el coche para poder escapar de esos rayos.
Al final de una larga persecución pudieron despistarlos y llegaron a la pradera Peñalba que fue donde apareció Hugo bajo sus pies y donde volvería a abrirse el bortal en breve.
-       ¡Uf, esto ha sido de locos! – gritó Violeta todavía nerviosa- .
-       ¡Y tú que lo digas! -  contestó Hugo eufórico – Esto en mi mundo sólo ocurre en las películas.
-       Bueno, aquí no pasa mucho la verdad, y menos a nosotros, ¿sabes?
-       Lo imagino. ¿Cuánto tiempo queda para que vuelva a aparecer el portal?
-       Si mis cálculos no fallan, queda aproximadamente veinte minutos.
-       ¡Tan poco! Por culpa de esa persecución he desperdiciado el poco tiempo que me quedaba. ¿No cabe la posibilidad de que me entregue y pueda quedarme aquí?
-       Hugo, ya lo hemos hablado antes. No puedes quedarte porque aunque lo desees tanto en este momento llegará un día en el que te arrepentirás de esa decisión.
-       Ya te digo yo que no. Además si me quedara podría estar contigo.
-       Que aterrizaras aquí justo en el momento en que Lupo y yo íbamos paseando fue como un sueño que se quedará para siempre en mi corazón y que nunca olvidaré – le dijo Violeta con dulzura pero triste al mismo tiempo por su marcha.

Al oír esas palabras Hugo no pudo evitar darle un beso, pero en ese mismo instante se abrió el portal aunque ellos le hicieron caso omiso y siguieron besándose hasta que Hugo despertó en su cama.

- ¿Qué has hecho Lupo?